Nelson Pájaro siempre ha sido un guerrero de la vida. Desde muy joven ha luchado para vencer la pobreza y se ha convertido en un símbolo de esperanza y fortaleza para la comunidad. Colombiano de nacimiento, Pájaro ha dedicado gran parte de sus 60 años de vida a trabajar con personas vulnerables, ayudándoles a crear un camino digno en la vida.
Uno de los lugares donde él trabaja es Bucaramanga, una ciudad colombiana mediana donde hay varios barrios marginales. Granjas de Provenza es uno de ellos, que además ha sido golpeado por la violencia desde hace décadas y en el que por otro lado hay pocas opciones de educación para los niños que allí habitan. Por este motivo, Pájaro decidió ayudar de forma voluntaria a niños y adolescentes refugiados, migrantes y locales, que por diversas razones no podían asistir a la escuela. La comunidad bautizó su programa como “Escuelita a la calle”.
Allí, buscando suplir la falta de formación escolar de los estudiantes, Nelson enseña matemáticas, gramática, ética y fotografía; esta última asignatura es la favorita de la mayoría de los pupilos y es además la que mayor reconocimiento le ha granjeado a Nelson en la comunidad; lleva ya diez años brindando educación a estos niños y adolescentes. El “Profe” Pájaro, como lo llaman de cariño sus estudiantes y la comunidad en general, trató de ejecutar la misma iniciativa en un barrio pobre ubicado en Bogotá, la capital de Colombia, pero las constantes peleas entre las pandillas locales lo obligaron a irse y buscar un nuevo comienzo; por eso llegó a Bucaramanga. Allí, Ciudades Incluyentes estaba implementando acciones para ayudar a los migrantes y locales a superar la xenofobia. El programa decidió ayudar a Pájaro en su proyecto donando una cámara fotográfica que le permitió al “Profe” profundizar con sus alumnos en el arte de la fotografía. Actualmente, 20 alumnos reciben clases.
Adicionalmente, el “Profe” solía dar clases en un lugar en el que no había sillas ni tableros adecuados, lo que afectaba negativamente el proceso de aprendizaje.
Fue entonces cuando Ciudades Incluyentes volvió a entrar en escena. Dado que el programa estaba implementando acciones de urbanismo táctico, en enero de 2023 se construyó una aula abierta para que los niños tuvieran un lugar adecuado para estudiar. Este nuevo espacio no es solo donde se lleva a cabo la educación; la amistad, la inclusión y la integración juegan un papel importante en esta aula abierta.
“Aquí se lucha contra el clima y el ruido. La idea era tener un lugar en el que no molestemos a nadie y nadie nos moleste a nosotros y que los niños tomen las clases con total tranquilidad y sin estrés. Hemos realizado exposiciones de fotografía, los alumnos realizarán su propio filminuto y, por qué no, un cortometraje compartiendo sus experiencias de vida. Ciudades Incluyentes nos ha apoyado para cambiar la vida de estos niños.
Conoce al “Profe” Pájaro
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