El salón comunitario del barrio Manuela Beltrán es un espacio en el que se reúnen las personas para interactuar, convivir, compartir, siendo un lugar que debería estar siempre bien adecuado. A raíz de esto, con una activa participación de la comunidad se llevó a cabo la adecuación del lugar, que consistió en que los participantes ayudaron a pegar las baldosas del comedor. 20 miembros de la comunidad refugiada y migrante así como de la comunidad de acogida hicieron esta noble labor que beneficia a más de 1750 personas que habitan en el barrio, quienes hoy, gracias a la adecuación, cuentan con un espacio en el que no solo comparten el desayuno, el almuerzo o la cena, sino sus experiencias en general.