Por ello nació Veneactiva, en un primer momento para ofrecer ayuda humanitaria a la comunidad migrante más vulnerable, pero al ser la migración un fenómeno complejo y de carácter permanente en el tiempo, fue necesario cambiar la perspectiva y trabajar por la integración integral a través de tres componentes:

La regularización migratoria como primer requisito fundamental para hablar de integración; la integración socioeconómica y empleabilidad a través de reconocimiento de títulos, bolsas laborales y promoción del emprendimiento; y el acompañamiento psicoemocional a los migrantes para ayudarlos a lidiar con su duelo migratorio, generando un elemento intangible pero transformador para el migrante.

Por su parte Edith Paredes, representante de FUDELA destacó que así como el nombre de una de las metodologías de cocreación implementadas en el marco de “Ciudades Incluyentes” es Block by block, así ha sido la construcción en el marco del proyecto: bloque a bloque, paso a paso, en conjunto y de abajo hacia arriba. Esto también lo ha venido trabajando Fudela a través de tres enfoques principales: por un lado, la protección comunitaria y la vinculación de niños, niñas y adolescentes con iniciativas que los unen (arte, cultura, deporte) y desde las cuales se logra construir; por otro, la recolección de información para entender qué necesita la población y que soluciones se puede codiseñar para asegurar su derecho a la ciudad, y por último, la integración económica y el fortalecimiento de medios de vida a través del emprendimiento, la educación terciaria o la empleabilidad.

Sin embargo, la integración efectiva no podrá tener lugar hasta tanto no haya un proceso de regularización y así mismo, un proceso de desarrollo humano integral: “la persona debe ser el centro de la intervención”, recalcó Paredes.