Luego de los saludos protocolarios, se presentó el video de resultados del proyecto CICS como introducción a la conferencia No. 1 a cargo de Andrés Roldán, punto focal de ONU-Habitat para el proyecto CICS en Barranquilla, quien presentó las herramientas que se han diseñado desde el proyecto para la intervención a escala territorial: Marcador de Inclusión Urbana, Planes de Intervención a Escala Territorial, Enfoque Multi-escalar, entre otros.
La Alcaldía de Barranquilla presentó tres estrategias innovadoras para brindar soluciones urbanas desde la escala barrial: Mi Barrio Imparable, Así Vivo Mi Barrio y CILM. Según Alfredo Carbonell, Mi Barrio Imparable realiza intervenciones en los barrios de Barranquilla a través de procesos de gobernanza comunitaria para fortalecer la prestación de bienes y servicios de la Alcaldía Distrital, buscando dar cumplimiento a los retos y objetivos del Plan Distrital de Desarrollo Barranquilla 2020-2023. En estos procesos se brindan soluciones tales como: mejoramiento de entorno barrial, atención a primera infancia, muestras culturales, actividades pedagógicas, Sisben a tu Barrio, vacunación, alumbrado público, siembras de árboles, entre otros. A hoy este proyecto ha impactado a más de 50.000 habitantes de 20 barrios de la ciudad.
Por su parte, Juan Manuel Alvarado presentó el programa Así Vivo Mi Barrio, una estrategia que busca que las percepciones, imaginarios y formas de habitar en los barrios de Barranquilla sean tomados en cuenta en la construcción de ciudad, focalización y priorización de las actuales políticas públicas y en la construcción de nuevos programas que respondan de manera eficiente a nuevas necesidades que presenten los habitantes del barrio. Derivado de este ejercicio, cada barrio de Barranquilla tendrá un plan de acción para el corto, mediano y largo plazo. A la fecha se ha levantado información con la comunidad en 50 barrios de la ciudad y la meta es llegar en 2023 a los 170 barrios que tiene barranquilla.
A su vez, Jennifer Villareal expuso cómo desde la Alcaldía de Barranquilla se ha diseñado toda una estrategia de atención y orientación barrial para la población refugiada y migrante de Venezuela y dio cuenta de cómo el enfoque diferencial para población venezolana se ha incluido en las respuestas integrales a escala barrial, logrando atender a más de 25 mil personas en 60 jornadas extra murales en los últimos dos años y medio.
La Fundación Santo Domingo presentó su modelo innovador que articula el desarrollo urbano, comunitario y económico para la construcción de proyectos de vida de la población vulnerable, incluyendo a refugiados y migrantes. Por un lado, la fundación está implementando estrategias de urbanismo táctico que impactarán a más de 2.000 personas en la comunidad. También han optado por diseñar espacios públicos bajo los lineamientos Urban95, una estrategia de planeación donde los niños y niñas de estatura inferior a 95 cm tendrán una experiencia segura en el espacio público. También compartieron que en sus procesos de desarrollo urbano cuentan con metodologías y procesos de planeación que garantizan la proximidad con equipamientos e infraestructura social y de espacio público efectivo.
Finalmente se abrieron dos paneles sobre los desafíos urbanos de la integración, según expertos y según comunidades. Las expertas participantes fueron Kelina Puche, directora de la Lonja Barranquilla, Paola Larios, directora de Arquitectura de la Universidad de la Costa e Irina Sánchez de la consultora Izucasa, quienes llegaron a las siguientes conclusiones: en Barranquilla se evidencia una inequitativa distribución de la prosperidad que obedece a dinámicas de centralización en la ciudad concentradas en las localidades de Riomar y Norte-Centro Histórico. Este territorio cuenta con adecuadas condiciones para la promoción de la inclusión e integración de grupos vulnerables en cuanto presenta accesibilidad a aglomeraciones económicas y oportunidades de medios de vida, a equipamiento de salud y educación, espacios públicos, áreas verdes y equipamientos culturales, además de presentar condiciones adecuadas de vivienda y bajos índices en materia de seguridad. Así mismo, la zona cuenta con cobertura de transporte público, facilitando la conectividad de sus habitantes hacia otras zonas de la ciudad para el desarrollo de actividades diarias y acceso a servicios.
Por otro lado, las localidades Suroccidente, Metropolitana y Suroriente presentan bajo potencial de inclusión urbana. Esta condición se presenta especialmente por la localización en zonas de riesgo no mitigable, que pone a esta población en condición de vulnerabilidad. A esto se suman baja calidad en la vivienda, poca accesibilidad a oportunidades laborales y medios de vida por la distancia que se requiere recorrer para acceder a aglomeraciones económicas, baja dotación de espacios públicos y áreas verdes y, en algunas zonas periféricas, baja cobertura de equipamientos de salud, educación e infraestructura de transporte masivo. Esta última condición impacta significativamente a esta población que, sumada a las deficientes condiciones de habitabilidad, requiere invertir más recursos para acceder a equipamientos y servicios que les permita satisfacer sus necesidades fundamentales y el acceso a empleo.